Víctima de violador serial de Iztapalapa relata el momento de su agresión

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El violador serial que atacaba a sus víctimas a bordo de un taxi al levantarlas sobre avenida Ermita Iztpalapa, en la Ciudad de México, este viernes podría recibir sentencia por una de las cinco carpetas de investigación que se le han imputado por los delitos de violación y secuestro exprés.

A un año y cinco meses de ser abusada sexualmente por el sujeto identificado como Miguel Ángel “N”, Lucero, una de sus víctimas, pidió a través de una entrevista con el reportero Abraham Nava de Excélsior,  que las autoridades y al juez que lleva la audiencia de juicio oral no dejen libre a su violador.

“A mí me da miedo que salga, son muchas mujeres que han sido violadas por este tipo y no se ha hecho nada, se supone que yo soy la última o no sé, entonces si con ellas no progreso la situación, yo qué me espero, o sea me da miedo. Les pido a las autoridades de favor que me ayuden a no dejarlo libre”, dijo.

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Lucero, cuyo nombre real ha sido protegido, fue violada el viernes 21 de junio de 2019, cuando regresaba en la noche de visitar a una familiar. Se bajó del Metro en la estación UAM-I, se dirigió a un sitio de taxis ubicado en la esquina de San Lorenzo y avenida Ermita, Iztapalapa, sin embargo, había una larga fila de espera, caminó sobre Ermita y justo enfrente a un restaurante Toks estaba estacionado el taxi de Miguel Ángel N, un recorrido de no más de 10 minutos la separaban de llegar a su casa, pero ella nunca imaginó el giro que daría su vida.

Alrededor de las 11 de la noche, se subió en un taxi pequeño de cuatro puertas, pero cuando estaba por llegar a su casa, el taxista se volteó y le apuntó con una pistola en la cara. “Me dijo: ‘Ya valiste madre’. Me agarró del cabello y me sometió hacia los asientos, me dijo que le diera mis cosas, yo nada más traía mi celular y 120 pesos, le dije que por favor me dejara, que ya le había dado mis cosas, me dijo otra vez que me callará”, narró.

Posteriormente, la llevó a un callejón y ahí la retuvo por aproximadamente cuatro horas. La amenazó que si hacía algo, había varios hombres afuera que la iban a violar. “Se bajaba del taxi y me espantaba por las cuatro puertas. De repente llegó alguien, no sé, un muchacho como de 19 años, le llevaba algo, como droga, se hablaban a señas, el taxista le decía que no, que se fuera”.

“Me manoseó, me quitó la ropa interior, abusó de mí, me llevó al hotel Breogan Suites (Ermita Iztapalapa 2617, colonia Santa Cruz Meyehualco), me metió recostada en los asientos y me tapo con un parasol, cuando llegamos yo intenté salir de ese lugar, cuando me bajó del taxi empecé a gritar y pegar en la cortina, pero él me sometió, me empezó a asfixiar y me llevó cargando casi por la escalera a la habitación”, relató la mujer que se dedica al comercio.

El violador serial que atacaba a sus víctimas a bordo de un taxi al levántarlas sobre avenida Ermita Iztpalapa, en la Ciudad de México, este viernes podría recibir sentencia por una de las cinco carpetas de investigación que se le han imputado por los delitos de violación y secuestro exprés.
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Narró que pidió permiso para ir al baño, porque en su mente sólo estaba la idea de me escapar de ahí, “le dije si no me hago de baño aquí, me dijo que no y me aventó hacia donde estaba una persiana, en ese momento me dijo que va a regresar al carro por algo que se le olvido que no me mueva, que no intentara nada”.

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Sin embargo, antes de bajarse el sujeto desconectó el teléfono, subió y regresó más de una vez y cuando ya no regresó, Lucero abrió una ventana que estaba en la habitación y comenzó a gritar y a pedir auxilio, “la gente del hotel se metió a las escaleras, pero no llegaron a la habitación, cuando él oyó que yo estaba gritando regresó y me golpeó, me tiró al suelo de un puñetazo.

Aseguró que personal del hotel nunca hizo nada: “yo estaba mal, no me podía parar porque me pegué en la cabeza, me empezó a salir mucha sangre en la nariz y la boca, él se bajó las escaleras del hotel y yo corrí para atrás, él se volvió a regresar y me agarró en las escaleras, me agarró la cara y me empezó a decir tranquilízate mi amor, esto lo vamos a arreglar y le dice a la gente que no pasa nada”, esto con la intención de despistar.

Pero ella no se contuvo y siguió gritando que no lo conocía y que la ayudaran, pero fue entonces cuando él se metió las manos a las bolsas y la gente del hotel decidió irse, pero “yo ya no dejé de gritar y entonces él se fue”.

“Les pedí de favor que me dejaran hacer una llamada, me decían que no me podían tener ahí, les pedí de nuevo el celular y una mujer güera me dijo yo le marcó a tu esposo. Él llegó junto con mis dos hijos y fuimos a levantar la denuncia”, declaró.

Después de 84 días de los hechos narrados por Lucero, Miguel Ángel “N”, su presunto agresor, fue detenido el viernes 13 de septiembre de ese mismo año. Los delitos que se imputan contra la integridad de Lucero son violación agravada, violación equiparada agravada y robo agravado.  Este viernes seis de noviembre a las tres de la tarde será la audiencia debate.

Relata que tras su denuncia en junio de 2019, hubo irregularidades en la atención a su caso, para empezar que careció de un Código Águila, es decir, protección de la Secretaría de Seguridad Ciudadana al sentirse amenazada. 

“Fueron casi ya cuando estaba la denuncia, yo no podía salir, tenía miedo; como él me llevó a mi casa yo pensaba que iba a ir, tenía yo mucho miedo, mis hijos estuvieron viendo que él seguía usando mi teléfono que me robó, estaba en línea, me mandaban mensajes algunas amigas porque se acercaba mi cumpleaños y decían que por qué no les contestaba”, señaló.  

De igual manera denunció que le dieron pastillas abortivas, aún cuando no había sufrido penetración genital vía vaginal. “Me tomé dos pastillas y me puse muy mal, primero una y luego al otro día me puse otra, yo estaba pues muy mal porque no me quería levantar, no quería nada y ya después pues esas pastillas eran abortivas, pero pues yo no tuve yo no tuve penetración vaginal”.

Sostuvo que su carpeta de investigación no llevaba ningún avance hasta que un abogado, esposo de una amiga, tomó el caso sin cobrarle y tuvieron acceso a dicha carpeta, entonces se dieron cuenta de que nunca iban a encontrar al presunto violador, pues habían anotado mal el número de placas del taxi.

“Estoy aún en citas de psiquiatría, tomo medicamentos, no me han dado de alta; ahorita con la pandemia estamos así como menos citas, pero de todas maneras yo tengo cita abierta puedo ir cuando me siento muy mal”. Lucero espera que el juez de control le haga justicia “Yo le pido a las autoridades que hagan todo porque no salga”.

Con información de Excelsior