Según una carta firmada por algunos devotos católicos, el coronavirus sería utilizado como un pretexto para evitar que los fieles católicos asisten a mis y así lograr imponer un nuevo orden mundial.
El cardenal Robert Sarah aseguró que no había firmado dicha petición, sin embargo el arzobispo que habria organizado la petición aseguró que Sarah estaba de acuerdo y que tiene evidencia de esto.
Dicha petición se conforma por una serie de confesiones que califican la cuarentena como un ataque a la libertad religiosa.
Los devotos creen que la cuarentena representa una amenaza para la economía global y la unión de las familias.
Luego de que la carta fuera publicada el gobierno italiano y el clero llegó al acuerdo de reanudar las misas a partir del 18 de mayo, siempre y cuando los protocolos de seguridad sean implementados.