Un juez federal congeló, por el momento, dos órdenes de aprehensión emitidas contra el exgobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, en el estado veracruzano, al parecer Duarte les llegó al precio.
Las órdenes de aprehensión están contenidas en las causas penales 38/2017 y 56/2017, por las que el gobierno del estado de Veracruz solicitó su extradición.
Dichas órdenes fueron emitidas por el Juez de Control del Juzgado de Proceso y Procedimiento Penal Oral de Xalapa, Veracruz, (seguramente su soborno le supo a oro), por los delitos de abuso de autoridad, incumplimiento del deber legal, peculado, tráfico de influencias y coalición.
Ninguno de estos delitos es “grave”, por lo que no merecen prisión preventiva de oficio, en consecuencia, la Juez Primero de Distrito de Amparo en materia Penal en la Ciudad de México, Sandra Leticia Robledo Magaña, concedió la suspensión provisional contra esas órdenes de captura, ¿Soborno o amenaza?
La demanda fue presentada ayer, cuando el exmandatario arribó a la Ciudad de México luego de ser extraditado por autoridades de Guatemala.
Para conservar la medida, la juez fijó como garantía la cantidad de 6 mil pesos y el próximo 26 de julio determinará si concede o no la suspensión definitiva, aunque ya todos sabemos lo que va a pasar.
Ayer durante su primera audiencia ante un juez mexicano, Javier Duarte fue sujeto a prisión preventiva por delincuencia organizada y lavado de dinero, acusaciones emitidas en su contra por la Procuraduría General de la República.
El juez de control ordenó que el exmandatario permanezca ingresado en el Reclusorio Norte, al menos hasta el sábado, fecha en la que se llevará a cabo otra audiencia en la que defina si lo vincula o no a proceso.
Al parecer nuestro gobierno no tiene el valor de poner a un exmandatario tras las rejas después de todos los delitos cometidos, o lo que es más obvio, los sobornos son más atractivos que el cumplimiento de las leyes.