Ricardo Anaya, excandidato presidencial del PAN, respondió a las acusaciones de Emilio Lozoya y las calificó como “falsas, absurdas y mentirosas”.
“Ahora soy yo quien está llevando el caso ante un juez para que se investigue la verdad, se valoren las pruebas y se dicte una sentencia. Lo hago porque tengo la certeza de que no existe sustento alguno en la mentira infame que Lozoya ha inventado en mi contra.
“Se suele decir que el que calla otorga: yo no callo ni otorgo. La historia se repite. Esta película ya la vi y la viví: durante el proceso electoral de 2018, en el que fui candidato a la Presidencia de la República, fui objeto de muchas calumnias miserables, y una vez que pasaron las elecciones, todas las acusaciones se vinieron abajo y fui plenamente exonerado, porque jamás cometí un delito”, señaló a través de un video en sus redes sociales.
El exdirector de Pemex, Emilio Lzoya declaró que en la primera semana de agosto de 2014 entregó al entonces diputado panista Ricardo Anaya, 6 millones 800 mil pesos para apoyar sus aspiraciones de ser gobernador del estado de Querétaro.
Finalmente Ricardo Anaya señaló que si alguien cometió un acto de corrupción y existen pruebas, que se le castigue con todo el peso de la ley.
Por otro lado, el excandidato del PRI a la presidencia de México, José Antonio Meade, declaró vía Twitter que ha anticipado a las autoridades su localización, luego de que su nombre destacara en la denuncia de Emilio Lozoya ante la FGR.
Meade señaló que su vida pública la dedicó “a construir un mejor país, siempre con absoluta honorabilidad y legalidad”.
También indicó que: “Un criterio de oportunidad sirve para conocer la verdad, no para acusar sin pruebas a quienes denunciamos ilícitos y ayudamos a que este caso se llevará a la justicia”.
Aclaró que será respetuoso de las investigaciones y no abonará a escándalos mediáticos.
Según la denuncia, Lozoya declaró que el 15 de septiembre de 2014 y por “instrucciones de Luis Videgaray”, se entregaron 4 millones 390 mil pesos a José Antonio González Anaya y 4 millones a José Antonio Meade, entonces canciller.
