Ciudad de México.- Con 64 votos a favor, 26 en contra y una abstención, el Pleno del Senado mexicano ratificó a Paloma Merodio como nueva vicepresidenta de la junta de gobierno del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La decisión, tomada este 6 de abril, ocurre en medio de una ola de críticas por su falta de experiencia académica y en cargos públicos, pero propuesta por el gobierno federal encabezado por Enrique Peña Nieto.
Estar en un cargo de la magnitud del que Merodio asumió, no es cualquier empleo. Tengamos en claro que el INEGI es el “termómetro de la realidad nacional” y como tal, requiere preparación y experiencia.
Por el lado académico, la nueva vicepresidenta estudió la licenciatura de Economía en el Instituto Tecnológico Autónomo de México y posee una maestría en la escuela de gobernabilidad Kenney de Harvard. Si bien, un título académico no comprueba la aptitud para el cargo, si es señal de preparación y de conocimientos respecto a los importantes temas que son necesarios; senadores se han manifestado en contra de sus grados de estudio.
Su último cargo de alto mando fue como directora general de Evaluación Monitoreo de Programas Sociales en la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), que comenzó en noviembre de 2015 a la fecha. Esto es lo más importante para resaltar, pues no se compara en lo más mínimo -sin hacer menos el cargo anterior de Merodio- dirigir la evaluación y monitoreo del Sedesol, al máximo órgano estadístico de nuestro país.
Paloma Merodio llega en medio de críticas, pero también es claro que tiene el respaldo del gobierno federal. Con lo anterior, una vez más se pone en tela de juicio cuáles son los rubros que los políticos mexicanos consideran para tomar decisiones tan importantes, que, por supuesto, repercuten en todos los sectores del país.