El día de ayer en una nota de El Fnanciero se dio a conocer que Elena Cepeda, esposa de Graco Ramírez, aún sin contar con ingresos propios había adquirido una mansión de más de 2 mil metros cuadrados, misma que le costó 8 millones de pesos, por lo que todos nos preguntamos ¿De dónde salió tal cantidad, que además se pagó en efectivo?
La enorme casa se ubica en la calle Vergel número 16 de la exclusiva colonia Bondies Chipitlán, de Cuernavaca, Morelos.
Lo que nos llama la atencion es que para realizar este pago, se dieron dos cheques uno firmado por 5 millones y otro por 3, así con la mano en la cintura, como si no fuera suficiente el escándalo en el que se encuentra envuelto su esposo, ahora nos enteramos que ellos al igual que la gran mayoría de nuestros gobernantes, por no decir todos, son unos corruptos que utilizan el dinero del erario a su conveniencia, cuando quieren y cómo quieren.
Si el hecho de adquirir una casa tan grande con tanta facilidad no es suficiente motivo para sospechar, los vecinos del lugar aseguran que antes de que Cepeda adquiriera este inmueble, DGR Integradora lo tenía a la venta en 17 millones de pesos, así es, a más deldoble de lo que fue adquirida.
Por supuesto dicho patrimonio no figura en la página electrónica de Transparencia ni en las declaraciones de Graco Ramírez, porque bueno, a quién le puede importar lo que posee la pareja de un funcionario, el problema aquí es que para ellos es más fácil deslindarse de responsabilidades, justificando que la propiedad está a nombre de su pareja, cuando en realidad no sabemos si se usaron recursos del gobierno para esos lujos, sin los que al parecer no pueden vivir.
Graco Ramírez y su esposa se unen ala interminablelista de funcionarios públicos que tienen la tonta idea de que el hecho de tener un cargo en el gobierno es sinónimo de lujos, y propiedades, como si esto fuera una monarquía, o algo por el estilo, como si no fuera el pueblo quien los elige para que los representen.