¿Qué pasaría si se repartieran 6 mil 778 millones de pesos al presupuesto en salud, educación y seguridad social? ¿Cuántas familias mexicanas en pobreza extrema encontrarían un rayo de esperanza con este aumento al financiamiento de su bienestar? Parece un sueño inalcanzable para el pueblo mexicano, pero tal como dice Calderón de la Barca, “toda la vida es sueño y los sueños, sueños son”.
Recientemente, el INE aprobó un presupuesto estratosférico para costear las campañas de los partidos políticos y candidatos independientes rumbo a la presidencia de 2018. Y sí, tal como lo has de haber presentido, los fondos para apoyar las candidaturas son de 6 mil 778 millones de pesos.
Lorenzo Córdova, el consejero presidente del INE, reconoció que este sería el presupuesto más alto que el Estado mexicano ha destinado a la política. y, con fin de darle legalidad, ha justificado esta absurda decisión bajo un consenso del dinero público regido bajo la Constitución.
Asimismo, Córdova ha asegurado que esta medida va a garantizar la equidad e igualdad entre los contendientes, ya que el 30% será distribuido entre los partidos de forma igualitaria y el restante se distribuirá en función del porcentaje de votos que obtuvieron en la elección de diputados inmediata anterior.
Sin embargo, eso no es todo el billete que se planea destinar a dichos fines perversos, ya que por el concepto de las actividades específicas los partidos tendrían un monto estimado de 128 millones 889 mil 997 pesos; por el concepto de franquicias postales hasta un universo de 171 millones 853 mil 323 pesos.
El dinero, como siempre, es abogado de ricos y mal de pobres. Aunque no hay que tomarnos tan literal este refrán, no debemos olvidar los miles de mexicanos en situación de pobreza que son beneficiados con una torta de jamón, 100 pesitos y las ollas de peltre con el eslogan de su candidato predilecto a cambio de su triste voto.
Aquellos mismos candidatos que sobornan al sector más vulnerable de la sociedad mexicana con una bolsa de plástico repleta de víveres para comer una semana, son los mismos que les roban la oportunidad de comer los 359 días restantes del año.
En México, país de tierra morena y cándidas ilusiones, los justos son más, pero el que no posee el oro, no puede gobernar.