Como hemos viniendo diciendo a lo largo de la semana, Animal Político y Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad (MCCI) han destapado una serie de investigaciones que demuestran el caos legal que es México. Entre desvío de recursos, triangulación con Universidades, empresas fantasmas, mala praxis y robo a los más pobres la casi nula fe que teníamos en el gobierno ha desaparecido.
La última entrega de este trabajo nos trajo un reporte sobre los supuestos empresarios con cuentas millonarias que viven en los poblados más pobres de Villahermosa, una región asediada por la violencia.
Se trata nada más y nada menos que de un desvío de 7 mil 670 millones de pesos a través de universidades públicas, así es,una vez más la educación de nuestro país a la corrupción e impunidad de un México que muere lentamente.
En aquellas calles, donde según datos oficiales más de la mitad de la gente no tiene para comprar alimentos básicos, está la dirección reportada por el señor Gustavo N como su domicilio, según el registro de las empresas con las que ganó contratos con Pemex por 735 millones de pesos.
Cuando los reporteros de Animal Político acudieron a corroborar las direcciones, cifras y datos, la sorpresa de los pobladores hacía cada vez más evidente la gran estafa que fraguaron nuestras autoridades, para como siempre, anteponer sus intereses y desviar dinero no sé a dónde.
La casa del millonario empresario presenta una fachada sin pintura y la segunda planta del inmueble es una obra abandonada, las ventanas están tapadas con lonas de plástico y en la entrada un perro que aleja a los extraños.
Lo más indignante de esta situación ni siquiera es el cinismo con el que se maneja nuestro gobierno, tras tantos y tantos casos de corrupción, nos hemos vuelto inmunes a las mentiras y a la impunidad, lo verdaderamente grave es que crean que somos idiotas, que ni siquiera tengan la precaución de verificar sus fuentes, que crean que absolutamente nadie se va atomar la molestia de corroborar la falsa información que nos proporcionan.
Si ya estaban en eso al menos se hubieran tomado la molestia de verificar que el domicilio fuera un poco más creíble. Ya va siendo hora de que nuestro gobierno deje de tratarnos como idiotas, de que les quede claro que su papel como funcionarios es servir y no servirse, de que este tipo de investigaciones queden en un mucho más que un texto, que paguen por sus delitos y que dejen de robar a su pueblo.