Ciudad de México.- En días pasados se dio a conocer la denuncia de Francisco Martínez, un joven de Saltillo que, junto con otras personas decidió documentar y denunciar la tortura sistemática a la que su amigo Jaime sometía a unos pequeños gatos.
Al parecer el joven de tan sólo 23 años de edad subía videos en donde se veía a la perfección el tipo de torturas que imponía a los felinos, hasta incluso terminar en la muerte, ¿Qué tan enfermo necesitas estar para causarle tanto daño a un ser que no puede defenderse por sí solo?
Tras darse a conocer las pruebas se sentenció a Jaime a recibir tratamiento psiquiátrico en el Centro Estatal de Salud Mental (CESAME), no acercarse a sus demandantes, ni tampoco a ningún felino ¿Entonces no pisará la cárcel? Las leyes en nuestro país son tan egoístas y deshumanizadas que dejan de lado los derechos de los animales.
A pesar de la existencia de organizaciones sociales que se encargan de proteger lo que el Estado no puede hacer, no es posible que el mayor castigo para esta persona sea tomar tratamiento psiquiátrico, y no acercarse a los gatos, ¿Qué les asegura que no torturará a cualquier otro animal al que sí tenga permitido acercarse?
Quizás a muchas personas de este país les parezca una exageración que se pida cárcel para alguien que tortura animales, lo cual es una completa estupidez pues el hecho de no ser una persona no implica que estos seres vivos dejen de sentir, o que sea correcto lastimarlos. La pregunta aquí es ¿Si se estuviera torturando a una persona, que sí se puede defender, la agresión es más grave?
