Tras siete años de lucha contra la empresa British Petroleum, pescadores de los municipios de Tuxpan y Tamiahua confían aún en ganar la demanda interpuesta ante este gigante, en la corte de los Estados Unidos, por el derrame de hidrocarburo ocurrido en abril de 2010 por la plataforma Deepwater Horizon, emanado del pozo Macondo y contaminando masivamente el Golfo de México.
Este “Insignificante” derrame, causó 17,200 millones de dólares en daños a los recursos naturales de la zona. La petrolera indemnizó a residentes estadounidenses con siete mil ochocientos millones de dólares por la contaminación que provocó la explosión de una plataforma el 21 de abril de 2010; y aunque la afectación llegó hasta el Golfo de México, no ha habido reparación de los daños en territorio mexicano.
Un grupo de afectados encabezados por Pablo Ernesto Zamora y Ángel Díaz, se manifestaron señalando que las afectaciones han sido graves, pues la producción pesquera bajó hasta en un 80 por ciento perjudicando aún más a 25 mil pescadores mexicanos, que realizan la actividad pesquera en aguas del Golfo de México, También dijeron que en tiempo y forma documentaron sus reclamos de daños y perjuicios ante el juez Barbier, de la corte distrital del Este de Lousiana, EUA, y éste admitió a trámite las demandas como legítimas y viables.
El “incidente” provocó la muerte de 11 miembros de la tripulación y 17 heridos en la plataforma. Finalmente la marea negra de contaminantes tocó tierra el 30 de abril de 2010, afectando aguas de territorio mexicano, se advierte en la demanda.
Esto provocó la destrucción del hábitat y los ecosistemas de aguas marinas, así como los sitios de desove de especies, lo que representa un daño “contundente y hasta hoy irreparable”. También afectó la economía de las poblaciones costeras pues la impidió la pesca. Significando un “grave daño al medio ambiente y un desastre ecológico que afectó a todos los miembros de la colectividad”.
El abogado representante de la organización, Luis Pérez de Acha, explica a Animal Político que ni el gobierno mexicano ni los afectados han exigido la reparación del daño a la empresa petrolera; sin embargo, existe el precedente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que permite interponer demandas por la violación a los derechos de una colectividad, como en este caso lo es la contaminación ambiental.
Después del derrame, aeronaves rociaron las manchas de petróleo con dos millones de litros de “dispersantes químicos” en la superficie de las aguas del Golfo de México, para que el hidrocarburo se solidificará y se hundiera; pero estos han sido clasificados como nocivos para la salud de los seres humanos y la vida marina vegetal y animal, por lo que siguen dañando en el fondo del mar.
De acuerdo con expertos en el medio ambiente, la recuperación de petróleo conocido como “skimming”, era una técnica idónea para limpiar el derrame, se advierte en la demanda, sin embargo, a más de 6 años, las consecuencias y graves afectaciones persisten sin que la reparación de los daños sea beneficio para los mexicanos.
La demanda expone que reportes científicos de aclaran el descubrimiento de camarones “sin ojos” y peces “mutados” así como la afectación de especies que viven en el Golfo de México como el cangrejo azul, cangrejo de piedra del Golfo y cangrejo Buster, además existe evidencia de que franjas gruesas de petróleo sumergido como consecuencia de los dispersantes, que cubren áreas del fondo marino en el Golfo de México, causando la muerte de los arrecifes de coral en aguas profundas de la zona.
Esto porque el hidrocarburo derramado contiene sustancias como etilo benceno, tolueno, xileno, plomo, zinc, y naftaleno, gases de diésel, hidrocarburos aromáticos polinucleares y metales pesados, como aluminio, cadmio, níquel, fluoranteno, arsénico, cobre, mercurio.