La gira del presidente Andrés Manuel López Obrador de este fin de semana incluirá a personajes no muy bien vistos, un invitado incómodo. De acuerdo al propio mandatario, el viernes estará en Nueva Rosita, además de Piedras Negras y Acuña en Coahuila. La visita concluirá en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
La visita a Nueva Rosita, específicamente Pasta de Conchos, el Ejecutivo federal atestiguará el inicio de las excavaciones para un nuevo intento de rescate de los cuerpos de los mineros que fallecieron en el accidente ocurrido el 19 de febrero de 2006.
Hasta ahí, todo está bien, solo que parece ser que lo acompañará el mismísimo Napoleón Gómez Urrutia, líder del sindicato minero y senador por Morena, que no está de más decir es poco querido por los trabajadores y los familiares de quienes fallecieron ahí en 2006.
Cabe recordar que cuando ocurrió la explosión, “Napito” no apoyó a los mineros ni a sus familias; incluso poco tiempo después salió del país sin aclarar el destino de 55 millones de dólares que extrajo de un fideicomiso y que son patrimonio los trabajadores.
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Así que es muy poco sensible, si no es que cínico por parte del dirigente minero, subirse a la gira de López Obrador. ¿O ahora sí le preocupan los mineros? ¿O lo hace por quedar bien y salir en la foto? Sin duda, si llega asistir será una incongruencia de su parte y un malestar para las familias.
La presencia de Gómez Urrutia no beneficiará al presidente, sino todo lo contrario, pues será él quien busque el beneficio de tapar sus malas acciones, contra los intereses de los trabajadores mineros, bajo el paraguas de la imagen presidencial.
No se trata es más que del oportunismo de quien por 14 años no ha hecho nada por el gremio y ahora se quiere subir a la visita de López Obrador y sacar provecho de ello para “limpiar” su maltrecha imagen y pulir su negra reputación.
Tampoco hay que olvidar las prácticas porriles de Gómez Urrutia, que sigue cobrando fama por utilizar grupos de choque, amagos a empresas y a trabajadores y extorsiones para salirse con la suya de llevar agua a su molino. Así que no se puede descartar que el viernes el presidente llegue con una “sorpresita” a Coahuila.
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